
El éxito es la sensación de felicidad, de ganador, que nos da el obtener logros palpables en las distintas facetas de nuestras vidas.
Una de las características que debemos considerar es que es pasajero y que no depende sólo de nosotros movernos entre el éxito y el fracaso.
En nuestra cultura el éxito está muy relacionado a tener dinero, lo cual es muy superficial y nos podría generar una supuesta estabilidad en nuestra vida, pero sin una base afectiva sólida podríamos caer en un vacío existencial muy peligroso.
Es así como llegamos a hablar de la plenitud. La plenitud es una armonía emocional en nuestro ser que dura para toda la vida, es muy difícil alcanzarla, pero una vez que se logra no hay vuelta atrás, y nuestros éxitos y fracasos no serán más que parte de un aprendizaje continuo para mantener un equilibrio en nuestra vida.

Comparto el siguiente párrafo del libro “Gobierno de Personas en la Empresa” de Pablo Ferreiro y Manuel Alcázar, para completar la idea de plenitud:
“El único proyecto de vida que merece la pena es la búsqueda de la plenitud: el servicio a los demás, contribuir desde el propio lugar a mejorar la sociedad. Todos estamos vinculados con algo o alguien. Lo importante es saber cuáles y cómo son nuestros vínculos y con quiénes estamos vinculados, para poder orientar nuestra capacidad de dar y de servir. Nuestra voluntad tiene que actuar, no puede ser estática; por lo tanto, o sale hacia fuera o se curva hacia adentro. O nos enclaustramos en nosotros mismos de manera egoísta y empobrecedora, o salimos a descubrir a los demás para ayudarlos a ser mejores, a pesar de las dificultades propias y ajenas.”
Hoy en día, como ya mencioné, tenemos la idea equivocada de que el éxito es tener más, confundiendo plenitud con totalidad, quererlo todo y todo perfectamente correcto y sin problemas, lo cual es imposible. El éxito visto de esta forma incentiva el egoísmo y las diferencias y desigualdades de nuestra sociedad, es por eso que, si nos movemos en la base del servicio a los demás, haremos contrapeso a estos males y sobre todo aleccionaremos a nuestro EGO que es con el que tendremos la batalla más difícil para lograr nuestra plenitud, batalla que nunca termina y nos pone a prueba continuamente.
En la coyuntura actual de nuestro país vale la pena tener claro estas diferencias, otro fuera el escenario si nuestras autoridades buscaran la plenitud en sus vidas y no llenarse de dinero, bajo la idea equivocada que eso es el éxito.
El éxito | La plenitud |
Plano material – tener | Plano afectivo – sentir |
Volátil e inestable | Sólida y transcendental |
Móvil el dinero | Móvil el servicio a los demás |
Opuesto al fracaso | Opuesto al vacío |
No depende sólo de nosotros – suerte | Depende de uno mismo – voluntad |
El vivir con la creencia de que el éxito es tener dinero nos lleva a un vacío que puede tener consecuencias realmente desastrosas para una sociedad, y las estamos viviendo:
- Corrupción.
- Delincuencia y sicariato.
- Suicidios.
- Alcoholismo, drogadicción y enfermedades mentales.
- Destrucción de valores.
- Racismo.
No es necesario hacer encuestas ni un estudio de mercado para asegurar que lo arriba mencionado es cierto, basta con salir a la calle o ver las noticias en la televisión.
Los invito a buscar el éxito basado en la plenitud, estoy seguro de que, si todos tomamos esta decisión, el futuro para nuestra sociedad, en la que vivirán nuestros hijos y nietos, será más decente que la actual. Nos hacemos llamar animales racionales, pero a veces pareciera que fuéramos más irracionales que los mismos animales, basta con ver las noticias para darse cuenta.
¡Buenas vibras!
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