Cualquier aficionado al surf y que conozca Pimentel, probablemente no de crédito al título del presente artículo, pues Pimentel no es considerado como una buena playa para surfear, o reconocida como una parada obligatoria si estás buscando buenas olas y menos si quieres meterte un tubo, sin embargo, como buen local podría refutar tales afirmaciones, aquí mis argumentos.
En Pimentel me enamoré del mar, del surf y de los tubos, si bien la única referencia que tenía era lo que podía ver en las revistas (en los 80´s y 90´s) o en algún video, mi pasión desde niño me llevó a buscarlos donde sea, quería vivir esa sensación, saciar ese sentimiento cumbre en el surf que es estar dentro de uno.
Mis primeras experiencias dentro de un tubo fueron corriendo olas a pechito, y recuerdo que eran unas campanas buenazas dónde te metías al hueco de la ola para sentir como te cubría, ver el cuarto de agua en el que te encontrabas por un segundo y luego revolcón, muchas veces con golpe contra la arena, pero ya estaba, para mi era suficiente, la sensación era increíble.
Luego tocó en morey, echadito no más y sin aletas (paso previo a la tabla), en vez de ir a pecho me mandaba a las campanas en morey, pero quería más, ya un tubo con recorrido y salida, sin embargo Pimentel no se prestaba para tanto, o al menos es lo que desde ese entonces me grabé en la mente, por ahí logré un par de buenos recuerdos que los tengo bien grabados, echado en mi morey dentro en un cuarto de agua que se cerraba y luego continuaba en la ola, pero con la sensación de que fue un chiripazo, ya que en Pimentel no hay tubos.
Ya corriendo en tabla siempre tuve claro que meterme buenos tubos es lo que quería, así como que tenía que buscarlos fuera de Pimentel, en otras playas. Así pasaron los años, moviéndome a Chicama, Puémape, Pacasmayo, al norte, a Lima, conociendo nuevas playas y experimentando nuevas oportunidades de aprender a entubarme y saber controlar la situación. Una etapa de aprendizaje y crecimiento en mi surf, quedando ese recuerdo vivo, de los primeros tubos en Pimentel, del sentimiento que te genera estar dentro de uno y que seguía siendo mi motor para seguir en la búsqueda.
He tenido la suerte de haber corrido muchas olas buenas, siempre buscando las mejores playas que se presten para entubarme, sin embargo, el gran sueño, como para muchos surfers, es vivir frente a una ola con un tubazo.
Por diversas circunstancias, regresé a vivir a Pimentel después de casi 16 años de haber estado fuera (eso ya hace poco más de 5 años) recuperando una de las cosas que más extrañaba de los años que estuve fuera, vivir frente al mar. Quizá algo que cuándo lo tenía no lo valoraba como ahora que ya se lo que es no tenerlo, y así, empieza una nueva conexión con Pimentel.
Estaba feliz de estar de vuelta al barrio, venía de un ritmo de trabajo súper fuerte en el que sólo corría los fines de semana y sin mucha aventura, corría lo que tenía a la mano nada más, por eso desde que llegué a Pimentel fue para mí el paraíso, no sólo por el surf, pero es en lo que nos enfocaremos por ahora.
Mi frecuencia de surf aumentó, pero volvió a mi ese bloqueo mental de que en Pimentel no hay buenas olas, no hay tubos, es feo. Pero había otro factor importante que entraba a tallar, Yo ya no era el mismo que cuándo me fui, sobre todo mentalmente, así que dicho bloqueo no duró mucho, y por el contrario apliqué a Pimentel mi nuevo chip mental: todo es posible, todo se puede cuándo te lo propones, lo buscas, lo planificas y te esfuerzas por lograrlo. Con mente abierta y positiva puedes lograr que haya donde no hay, simplemente porque con la mente negativa o bloqueada no ves el panorama completo.
Es así como Pimentel comenzó a sorprenderme. Conforme pasaba el tiempo, me di cuenta de que esta hermosa playa, tienes que observarla, conocerla, tenerle paciencia, surfearla aunque no hayan olas o este malo, tenerle fe, remarla y amarla. Tan sencillo como estar conectado con ella, con su mar y con sus olas. Hay momentos únicos, que duran poco, pero si estás ahí te ganas, olas formadas con distintas secciones para todos los gustos, y por su puesto con sus tubos.

Comparándola con el Pimentel que dejé 16 años atrás, puedo afirmarte que no ha cambiado mucho, las olas siguen iguales, por ahí una que otra sección ha cambiado un poco, pero el gran cambio estuvo en mi mente. Antes simplemente no veía ciertas secciones o los tubos que sí reventaban porque ya mandaba el hecho de que no hay, que hay que buscarlos en otro lado, un paradigma que en estos 5 años ha quedado en el olvido, ya que en Pimentel me he podido meter buenas encarriladas, sombreadas, tubos, tubitos y tubazos.
En el surf como en la vida, no dejes que tu mente te engañe, no voy a decirte que Pimentel es como Cabo Blanco, pero si quieres entubarte, busca el momento, las condiciones, la sección, libera tu mente y surfea positivo, ahí están esperando a que los encuentres.
Gracias Pimentel por mantener vivo en mi ese sentimiento tan increíble que es estar dentro de un tubo.
Así que, con fe, a buscar tubos en Pimentel.
¡Buenas vibras!
Qué bonito Angel, es muy inspirador leerte, esto llega como un impulso para mi, muchas gracias!!!
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Que bueno amiga, me alegra y motiva mucho tu comentario, espero que ese impulso te lleve lejos….siempre con mucho cariño y las mejores vibras! cuídense mucho.
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