La vida puede resultar complicada si no tenemos claro un rumbo en el cual podamos lograr una estabilidad emocional y económica.
Ahora, no nacimos con esa claridad, sino que debemos ir buscándola en el camino a través de los mensajes directos e indirectos que nos van dejando nuestras experiencias, y dependiendo de cada caso, el tiempo que tome el que nos cuestionemos al respecto será más o menos, en función de la influencia de los padres, la familia y la sociedad.
El hacerlo es un primer paso para el cambio, tomamos conciencia y nos adentramos a una primera inspección de nuestro mundo interior, dónde el nivel de profundidad que logremos dependerá de nosotros mismos, de seguir cuestionándonos y llegar a encender esa llama de nuestro fuego interno que le dé un propósito a nuestras vidas.
En ese proceso veremos pasar muchas personas (padres, familiares en general, amigos, profesores, etc.), algunas permanecerán cerca más que otras, en función de las decisiones que vayamos tomando y que irán marcando un rumbo a nuestra vida, si es consciente o no, al principio dependerá en gran parte de dichas personas y la manera que influyan o los dejemos influir en nuestra vida, pero llegará un momento determinado en que debemos aterrizar el hecho de que todo lo que pasa en nuestras vidas es responsabilidad única y exclusivamente de cada uno de nosotros.
Que se dé ese momento crucial puede que en muchos casos demore más de lo que uno hubiera querido, incluso puede que se de en distintos momentos de nuestras vidas, más de una vez, lo cual no está mal, y lo importante es mantener las ganas de seguir progresando.
Personalmente, dada mi terquedad e inmadurez, lo retrasé más de lo que hubiera querido, pues tenía muchos sentimientos encontrados en mi interior, por mi débil autoconocimiento y mi superficialidad para decidir, arraigando creencias equivocadas que atentaban contra mí misma esencia, ahora me doy cuenta, viviendo en una farsa al esforzarme por proyectar una imagen de estabilidad aparente, pero con un conflicto interno del cual no era consciente y que se manifestaba en explosiones emocionales que no podía controlar y que terminaban haciéndome daño a mí y a otros.
Volviendo a las personas que pueden ir dándote cierta orientación o pueden servirte de ejemplo, tenía la creencia equivocada que tenía que ser como alguien, con una lista de posibles candidatos entre familiares, empresarios exitosos o estereotipos de moda que agrupan perfiles de personas triunfadoras, sin embargo, al final siempre sentía un vacío que se traducía en inconformidad, y así no iba a encontrar un rumbo para mi vida.
Ahora lo tengo claro, pero en su momento estaba sumergido en un piloto automático de creencias equivocadas, como la mencionada en el párrafo anterior, del cual debía despertar de alguna forma, en realidad de la única forma que hay, cuestionándome.
Una de esas personas de las que venimos hablando, en distintas oportunidades me mencionó la siguiente frase: vea sus cosas. Al principio, todavía terco e inmaduro, debo haber pensado, claro que veo mis cosas pues, sin embargo, con el tiempo, conociendo más a esta persona, y sobre todo viéndolo vivir, me di cuenta de que, a su estilo, estaba tratando hacerme ver que mi vida necesitaba un rumbo claro.
Yo he sido consciente del poder de esa frase, mucho después de cuando me la dijo, pero había algo más atrás de esta persona y de esa frase que fue lo que realmente me impactó y marcó para encontrar mi rumbo: su ejemplo.
Su ejemplo me llevó a mis primeros cuestionamientos para desterrar muchas creencias equivocadas, lo cual me permitió limpiar la cancha para así poder empezar a construir las bases sólidas de mi propia identidad, definitivamente una de las cosas más importantes que me han podido pasar y que me ayudan a mantenerme estable día a día.
Si bien el trabajo duro era algo que Yo ya tenía arraigado, esta persona no sólo me hizo ver que la satisfacción de ese esfuerzo no debía ser sólo material, sino que había una motivación particular que le causaba una satisfacción extra comparada con otros ejemplos que hasta ese momento había podido tener, y no era nada más que pasión por lo que haces. Fue cuando entendí que cuándo haces lo que te gusta, no vuelves a trabajar nunca más, disfrutas todos los días de tu vida.
Un gran aprendizaje que me llevó a otro que fue básico para mi autoconocimiento, el amor: amarse uno mismo, y saber dar y recibir amor. Si bien él no lo hubiera englobado en esa palabra, quizá lo hubiera llamado ser justo, respetuoso, ser solidario, ser sincero, ser correcto, pues Yo lo trasladé a mis creencias como amor, ya que cuando eres justo, respetuoso, solidario, honesto, correcto, pues estás dando y/o recibiendo amor.
Un buen ejemplo a veces puede pasar desapercibido, dependiendo de la claridad o apertura para ver que tengamos en determinado momento, pero puedo afirmarte que lo que más abundan son los malos ejemplos, y no es por ser pesimista, pero creo que todavía hay mucha gente equivocada en nuestra sociedad, que viven de las apariencias, ósea en mentira, en función del resto en vez de lo que les dicta su corazón, y esos malos ejemplos son los que nos guiarán hasta que reaccionemos, y empecemos a cuestionarnos para ver con más claridad.
No me gusta lamentarme, pero hubiera querido disfrutar con la claridad que veo las cosas hoy a este buen ejemplo que tuve a mi lado 25 años de mi vida, de los cuales los 15 últimos de mucho aprendizaje y amor, donde aprecio con mucho agradecimiento el amor que le dio a Leo, mi mamá, y ambos como pareja y padres, han sido una gran inspiración para mí y mi esposa.
Descansa en paz Francis, ese legado de buen ejemplo queda intacto en nuestros corazones, y en la gran persona que es mi hermano Julien, tu último hijo.
Te extrañamos y amamos mucho, un fuerte abrazo al cielo.
